El programa “Dieta, enfermedad y muerte en Santafé de Bogotá en el periodo colonial y republicano. Intoxicación con plomo y estudio de elementos traza en los restos óseos humanos de la cripta del convento de Santa Clara” es desarrollado por Monika Therrien y Javier Rivera, auspiciado por la Fundación Erigaie y Colciencias.
En el marco del programa, José Leonardo Patiño realizó el estudio “Arqueotoxicología de las cerámicas coloniales: Aproximación a la utilización del plomo en las cerámicas de Santa Fe”, con beca de joven investigador de Colciencias.
Todos los análisis que involucran el conjunto de restos óseos se desarrolla en el marco del proyecto “Análisis molecular y arqueotoxicológico de los restos óseos de la cripta de Santa Clara (Bogotá)”, desarrollado entre el Laboratorio de Antropología Biológica y Zooarqueología de la Universidad de los Andes, a cargo de Elizabeth Ramos, Freddy Rodríguez y Luis Felipe Raguá y la Fundación Erigaie.
En el año 2013 fue extraído de la cripta de la antigua iglesia de Santa Clara un conjunto de aproximadamente 3.500 elementos óseos humanos, los cuales fueron hallados revueltos, acción que aparentemente pudo ser generada después de la exclaustración de la orden conventual. Esta cripta fue construida por los benefactores del templo, doña Juan de Capiayn y su esposa María Arias de Ugarte y es en donde fueron sepultados; siendo esta práctica de enterramiento en iglesias la prescrita durante el periodo colonial.
Como parte de las labores para preservar el patrimonio cultural contenido en esta bóveda subterránea se diseñó un programa de actividades dirigido a identificar y caracterizar cada hueso encontrado, buscando definir en lo posible el número de individuos enterrado en la cripta (mediante el conteo de los cráneos y fémures), el sexo de los posibles cuerpos presentes (por el sacro y otros huesos diagnósticos), la edad (dentadura y otros indicadores), la estatura (huesos largos), las patologías y la filiación racial o patrón ancestral.
De manera paralela y como aporte complementario a este inventario, el conjunto óseo resulta ser una muestra excepcional para destacar los valores científicos que ella puede aportar para profundizar en el conocimiento sobre algunos aspectos de la sociedad santafereña colonial. Es así como se planteó realizar con una muestra pequeña de huesos análisis arqueométricos que permitan entender las condiciones de salubridad y de filiación de la población inhumada en la cripta.
Estos análisis derivan del programa permanente de investigaciones arqueológicas en los inmuebles patrimoniales de La Candelaria (Bogotá), entre cuyas evidencias culturales destacadas se encuentra la loza cerámica vidriada, posiblemente uno de los utensilios más comunes del ámbito doméstico de la época colonial. Esta loza comprende una variedad de enseres usados para servir, comer y almacenar los alimentos, cuya particularidad consiste en que para darle a las vasijas una apariencia lustrosa les aplicaron plomo en la superficie.
Estudios médicos llevados a cabo durante el siglo XX han demostrado que la ingesta de plomo provoca en los humanos múltiples síntomas y malestares, los que pueden agravarse por cuanto no se puede eliminar naturalmente del cuerpo: este se acumula en los huesos desde donde se libera en la sangre intoxicando diferentes órganos.
Esto dio origen al programa de investigaciones dirigido a profundizar en la dieta y consumo de alimentos entre la población de la Bogotá colonial y en el análisis de los recipientes vidriados con plomo para determinar si podrían constituirse en un agente tóxico para los humanos. Con este propósito se seleccionó una muestra de la loza para el análisis de lixiviación de plomo, mediante el uso de líquidos ácidos semejantes al limón o el vinagre, para determinar la liberación o no del mineral. El líquido resultante fue analizado mediante Espectrometría de Absorción Atómica para verificar si contenía plomo, resultando positivo. Finalmente, de acuerdo a índices internacionales de toxicidad, se determinó que todos los utensilios de alguna manera liberan el suficiente plomo para resultar dañinos en los humanos, siendo los peores recipientes los de coloración verde (por la adición de cobre), los más preferidos por los bogotanos!
Con base en estos resultados se procedió a comprobar la presencia de plomo en una muestra de huesos de la cripta, para lo cual, inicialmente, se realizó el análisis de Microscopía de Barrido Electrónico, que dio resultados negativos; sin embargo, en una segunda fase, se ha optado por efectuar un análisis químico semejante al de la cerámica el cual está arrojando resultados preliminares positivos.
Por otro lado, aprovechando este excepcional conjunto de restos óseos, se ha procedido también a desarrollar el análisis molecular, de ADN, para determinar filogenia y origen mitocondrial. En las 20 muestras hasta ahora analizadas, se han identificado dos individuos de indudable origen europeo, mientras que los restantes posiblemente correspondan a población de origen mestizo. Para verificarlo se requiere aumentar los criterios que permitan detallar mejor las características genéticas de los individuos inhumados en la cripta. Este análisis de ADN antiguo de esta muestra ósea del periodo colonial aportaría a un campo de conocimiento muy limitado aún en América Latina.
La investigación está en curso y promete mayores y más interesantes resultados.